Muchas son las personas que necesitan un trasplante de órgano y no han podido acceder a ellos porque el sistema de salud no lo permite ya que se requiere, en el caso de casi todos los órganos, que exista un donante.
Pero la complicación no termina solo con conseguir el donante, lo cual es una tarea casi titánica, apenas empieza la odisea de los pacientes quienes tendrán que someterse a pruebas para ver si ese órgano es compatible con su cuerpo o no, lo cual supone unos cuantos días más de espera.
El problema es que cuando esos órganos no son compatibles, el paciente tiene que volver nuevamente a una larga lista de espera, en la que no se sabe cuándo volverá a aparecer un donante y más aún, que ese donante sea compatible.
La impresión 3D: la solución para los órganos incompatibles
La impresión 3D ha incursionado en el mundo de la medicina, brindando una solución para médicos y pacientes ya que gracias a impresoras especializadas, diseñadas para imprimir órganos, es posible realizar un órgano humano con las características específicas que se requieren para cada paciente. Esto reduce en gran medida el tiempo de espera por donante y los costos también que conlleva una cirugía de este tipo.
Sin embargo esto aún no es tan popular y no está todavía accesible para todos los hospitales del mundo. La impresión de órganos en 3D se ha demostrado que es efectiva y que supone un menor costo, pero no se ha podido llevar a todos los hospitales porque su aplicación requiere de costosas impresoras y de personal altamente calificado para operarlas y así llevar al mínimo el riesgo de errores.
¿Se puede imprimir cualquier órgano?
Se han realizado desde hace muchos años numerosos estudios, que han permitido el cultivo de células humanas y esas células son ahora utilizadas para la bioimpresión o impresión de órganos humanos. La respuesta científica es que si puede ser impreso cualquier órgano gracias a que las impresoras estarían usando estas células cultivadas en laboratorios muy especializados y que se hacen a la medida del paciente, con lo cual se reduce totalmente el riesgo de rechazos.
Esta es una tecnología que aún se encuentra en pruebas, por eso aún no se ha impreso un corazón, un riñón o un hígado completo, pero si se logró imprimir una tráquea, utilizada en una niña y fue elaborada con sus propias células madres, obteniendo un resultado exitoso.